Requiem

Requiem

No es la nada

Es hueco que se llena de presencia

Hoyada palpitante de recuerdo

Que grita silenciosa a vuestro paso.

Cada rincón una sonrisa, un gesto

Un beso, una caricia…

Siempre el muro, barrera,

Negrura interrogante

¿Qué será del mañana, qué será?

Y es pasado mañana tiempo ha

Y a penas queda el hilo

Que los pasos reúne

Memento puntual,

Eco en el tiempo,

Hito en el devenir.

Queda imagen risueña de luceros

Profunda noche alegre sin final

Y queda aquel ensueño

Rizado en nívea albura

De sutil andadura

Hacia un nuevo lugar.

Infinita potencia la del cambio

Del paso al más allá.

A penas unos días, unos años

Segundo intemporal

De breve compañía, cuarzo pétreo,

Cálido umbo en  mi mano de cristal

Infantil reverbero a mi ensueños

Silencio del eterno retornar.

¿Por qué guardó mi pecho

Diamante de rencores?

Tenue sombra vivaz en las entrañas,

Negro pálpito aliento  al caminar

Poco pudo rebelde el aleteo

Al partir la paloma…

El misterio del límite,  vacío impenitente

Tenue luz sepulcral, compañía perenne,

Que los dioses me otorgan…

¡Siempre conmigo!

Que fuisteis y  seréis eslabón espectral

En la cadena eterna

Del ser-no ser.