Un minuto para un poema

Un minuto para un poema

Mientras espero

Sabes que es el desesperar  más que la espera

Lo que es propio de mí

Pienso en ti

Te toco con mis manos y te miro

Dirigir con la tuya las figuras

De reyes y de reinas, de caballos, soldados, elefantes,

De obispos y de locos,

De torres, catapultas deslizantes por el blanco y el negro

Negro y blanco…

Tú diriges grandioso sobre el mundo

¿Quién sobre ti del universo todo va dibujando el hilo de las vidas?

¿Quién cruzó con la mía tu camino?

¡A ti!, quien puedas ser, piezas de juego, que en tus dedos jugamos

Desde los más profundo de mi ser te lo pido:

Danos uso y provecho, no se pierda

Nada de cuanto ser o hacer podamos.

No te pido saber si está bien hecho

Que estás al otro lado, donde no hay bien ni mal

Medida humana.

Hijo querido, ya partimos por fin hacia Sevilla.

Conmigo vas, porque en ti pienso si quiero sonreír

Y porque se que te hablo y que me escuchas

Sin palabras, no sabría decir de otra manera…

¡Siempre dicen tan poco las que digo!

¡Hasta pronto!, ¡hasta ya, que vas conmigo!