¡Monstruos a la razón!
Angustioso gemido de agonía.
A la llamada mía
¡Acudid presurosos!.
¡Despertad padre genio
De la melancolía!.
Que la imaginación brinde al ingenio
Ocasión de crear, la luz al día.
De Apolo al horizonte el disco hermoso
Auriga imperturbable, Dios fecundo
Bramando sus corceles, luz del mundo
Al alba sale del letal reposo.
Llamarada celeste de energía
De las sombras revélame el sentido,
Despierta si algo queda de mi ser dormido,
Llévame a ti, mistérica porfía.