A caballo del ocho por el siete
La mirada perdida
Lento pasas las hojas de tu vida,
Las últimas quizás, muy lentamente.
El anillo a tu entorno que sujeta
Lo visto a quien lo mira
El yo-tú-todo
Fuerza y amor en uno, plena vida
Hilillo es blanquecino
Evanescente el aura de pupila.
Hubo un tiempo que mares navegabas
De cuarenta remeros el navío,
Sólo tú el timonel, la fantasía
Quimérica de azules existencia
¡Solitario vigía!.
Bullía tu cerebro
De blanco-negro galopar de vida
Al tictac raudo y pleno de relojes
Nave arbolada de encrespadas vigas.
Ilusiones ardientes humeaban
Velas al viento henchidas
Mascarones de proa
Los azules abrían…
Hoy las aguas partiendo blandamente
En lentos remolinos, compartidas
Pasas calmas bitácora las hojas,
Y engullen los azules
La mirada perdida
Navegante y navío.
Tus azules mis venas en tus aguas
¡Solitario extravío!
Mareador de ilusiones oceanas
Luces de mi albedrío
Fantasía de espejos, yo-tú-todo
¡Do yo me miro!
¡No hay escollo que ponga fin al viaje
Del ser-no ser cautivo
La vida navegante
Es el escollo mismo.