Las doce de la noche, hora mágica

Las doce de la noche, hora mágica

A LOS DIOSES, REYES MAGOS

 

A los Magos ¡les debo tantas cosas!

Que un día y una noche

Del  nuevo año  no bastarían para recordarlo.

Pero en breve resumen, de tres de ellas:

Les diría que les debo la vida

El existir y seguir existiendo día a día

Mientras la tierra gira

Y el Sol-Apolo me calienta y mantiene

Mi energía en acuerdo con el cosmos.

Luego, les debo mi interés por mí misma

Y por mi entorno y cuanto la componen

Ya cercano o lejano

Y la alegría inmensa

Que siento al conocer y al saber algo nuevo.

Y les debo, les debo mi voluntad

De darme mientras viva

En lo que soy y tengo

Para que sirva en la mejor manera

A cuanto me rodea, sépanlo

O no lo sepa nadie.

Rogándoles, que  son ellos los Dioses

Y son Magos,

Que desordene el mínimo del orden deseado

Y si romper debiera el desorden creado

Rómpalo si con ello

A otra instancia la ordenación creciera

Sobre el caos.

Gracias por cuanto he dicho

Gracias hoy Dioses, Magos.

Yo este año en este día

Pondré mis dos zapatos

Y en ellos mi deseo de vida coherente

Con lo que dije

Y ¡ah!, no sé si avergonzarme

¿Sabéis qué me regalo?

Me regalo una muela

En este día y año