El reloj es una máquina
Pero tiene corazón
Por eso es también humano
Y sus latidos lo son
Tic, tac, toc, toc,
Tic, tac, toc, toc.
Y tiene dos manecillas
A veces tres, que es razón
Que dé las horas, minutos
Y hasta segundos, toc, toc.
Tiene cara redondita
Y su mano pequeñita
Al día dos vueltas da
Enteras a su carita.
Doce horas da de sol
Y doce de luna da,
Veinticuatro hacen un día
Que tú los puedes contar.
Nos señala los minutos
Con su manecilla larga
Y cada hora una vuelta
Entera dará a su cara.
Mientras la pequeñita
Gira una vuelta
La larga ha dado doce.
Olguita,
¡Lleva la cuenta!.