(A oscuras, a la luz de las estrellas)
A los Dioses, Reyes, Magos
En el cinco del siglo veintiuno
Los Reyes, Dioses, Magos,
Me han traído un regalo
Que es enorme y es mágico.
Tan extraño y hermoso
Que es un parque encantado.
Fantasía de Dioses y de humanos
Brillan luceros en la masa verde
Y se pierde a lo lejos gigántico.
Allá en el horizonte
La ciudad de los muertos
Une el cielo y la tierra
Lejos, muy lejos…
Y collares de estrellas
Se rizan y entrelazan
Al cuello y al cabello
Del oscuro follaje engalanado
De fiesta para mí.
Es mi regalo,
Los Magos lo trajeron, que son Dioses los Magos
Y es mágica figura
La del parque encantado.