¿De nuevo el cuerpo muerto con vida es necesario?
Lo fecundo es su muerte, su sangre derramada
Que riega la semilla de amor que mueve el mundo.
¡Resucitar para subir al cielo!
Es la necesidad de testimonio humano lo profano
La creación, la vida, el pervivir, divino.
Tal vez no ven los ojos aquello que desean
Y no dicen los labios apenas lo que pueden
Y quien te ve y te mira
¿Más allá de su filtro entiende acaso?
¿Roja la alfombra, innumerables muertos
Abono de cosecha, nueva vida
No bastará siquiera de garante
De verdad y justicia
A los humanos?
Morir, morimos todos
Matar, todos matamos.
De unos pocos pervive la memoria unos años
Sin que de justo y recto hallar podamos
Testimonio de aquello
Que es la Historia juez torpe, cruel tirano.
¿Quién lo vio? ¿Qué miró?
¿Qué quiso ver?
¿Qué quiere ver ahora quien lo lee?
¿Merece ser durable lo que queda?
¿Es quizás su raíz más verdadera,
Su simiente más digna
De quedar, dejar huella?
¿Por cuánto tiempo aún?.
De nuestra especie toda
Qué quedará tras un millón de años?
Sobre el mal, sobre el bien
Sobre lo justo e injusto
¿Habrá pasado todo?.