Aves en catenaria parecían
Más que juntos, sentaban apiñados
Torvo el ojo, el rictus muy marcado
Por mor de sinvirtudes ostentaban
Desaprecios, temores exhibían.
Allí se nos quedaron en cadena
Capital y romana la escritura
Veintiún siglos solemnes
La textura del Lamedor Le Lame la condena.
Y en un gesto de aireos axilares
Sin consecuencia alguna
Como vine me fui
¡ mayor tontuna!…
