Bardauri buscad

Bardauri buscad

El hombre de hoy

Del olvido de ayer cortó la olma

La sombra de la era siguió a la gran morera

Desecada y talada de vilezas de sal.

 

Desmoronó la escuela la tristeza

Que los mozos de antaño,

Alzaron con sus manos

Padres que fueron ya

 

De aquellos casa-pueblo, que azularon

De estrellas cielo bajo el otro cielo,

Y en el suelo  enlosado

Cada quien su lugar.

 

Hijos fueron de quienes trasladaron

Sus muertos del sagrado  hacia otro lar,

Do verdes abandonos, suave lazo

Aseguran su paz.

 

Del cura la casona derrumbada

Ni aún mantuvo el rincón del huerto chico

Que abrió en calle la senda agudo el pico

Al pesado rodar.

Y a lomos del rugiente poderoso

Vez a vez trasladó el monte vecino

Al caminar sin fin de otro camino.

 

Paulejas y San Juan, lomas señeras

Que vio el prístino ser por vez primera.

Tumbas se hicieron luego en recia torre

Profunda la oquedad.

 

Hombre-mujer San Juan, Santa Marina

Ser del agua divina

Que en agua emparedada reviviste

Por cuatrocientos años sostuviste

Del agua manantial.

 

 

Alzada en tu hornacina

En tu diestra paciente flor secada

Sonrisa contenida,

La mirada perdida,

Impasible al desfile, cada enero

Inmóvil, arqueada,

Un  nuevo Niño nos envía el cielo

Y tú libre  y callada

Ves pasar piedras-hombre resignada.