Las nubes

Las nubes

Dedos de Dios y Adán, los eslabones

Unión indisoluble abren la marcha…,

Eco de cascos  mil en el asfalto

Sus presas  engarzadas

Blanquísimos cendales en los cielos

Algodones en rama.

Vomitando y tragando blandos mantos

A las felinas fauces desbocadas

Suceden en comparsas vaporosas

Gigantes Polifémicos

Ralas las barbas,

Saturnarias parejas

Que al aire nadan.

Misteriosos Olímpicos

Suben y bajan

Flotantes las  guedejas,

Luengas las barbas.

¡Mirad, mirad aquel muchacho, mirad el águila

Que al cielo lo remonta!, penumbra clara.

Detrás viene el cortejo de  querubes

De Ménades danzantes rodeada

La carroza de  Baco y  sus  leones

Veloces pasan.

Más allá lentas farsas,

De felinos, las testas entramadas

Contra el viento luchando…

Las garras y los dientes  entreclavan

Curvo el pico, ojo torvo,

Las Hidras bicefálicas desgarran

Colmillo, prominente del hocico..

Las nubes blancas.

Llegan luego las máscaras,

Cyranos y Arpagones, cabello y barba blanca

¡Las máscaras!

De bellas de antifaz tersas mejillas

Y risueños los labios, cuencas vacuas…

Su marcha continúa lentamente…

Azul de cielo azul, las nubes pasan.

En un cerrar de ojos.

La tarde silenciosa

En inmóvil silencio trasmudada

Viste el manto de azules  purpurados

Y oros tibios de sol tras las montañas.

Desde el asfalto seco,

Las nubes jironadas

Se llegarán al mar en triste llanto

Eco de cascos mil, encarceladas.

Pasad nubes, posad la fantasía

Que iluminó las mentes más preclaras

De nuestros viejos vates

Razón  fertilizada de  ilusiones

De certezas la fórmula más cara

Hacia honduras más firmes,

Hoy no más realidad, si  más humanas.