¡Monstruos a la razón! Angustioso gemido de agonía. A la llamada mía ¡Acudid presurosos!. ¡Despertad padre genio De la melancolía!. Que la imaginación brinde al ingenio Ocasión de crear, la luz al día. De Apolo al horizonte el disco hermoso Auriga imperturbable, Dios fecundo Bramando…